Fante, el talento en la sombra
El
cine es uno de los medios más eficaces para descubrir a ciertos escritores. Me
sucedió con Somerset Maugham, a quien conocí en 1984 a través de “El filo de la
navaja” protagonizada por Bill Murray. En el 2006 otra película, con Colin
Farrell, me condujo a un autor hasta entonces desconocido para mí. “Pregúntale
al polvo” (Ask the dust), de John
Fante, relata las correrías de un novel escritor tratando de ganarse la vida en
la ciudad de Los Ángeles mientras enfrenta serias dificultades para
relacionarse consigo mismo y sufre un auténtico dilema al interactuar con las
mujeres.
Azuzado
por la curiosidad, recalé en la biblioteca en busca de infomación. Hallé un
viejo ejemplar de la novela, impreso en 1980 bajo el sello de Black Sparrow.
Originalmente publicada en 1939, esta edición contenía además un prefacio de
Charles Bukowski, lo cual exacerbó mi interés. El desafío de leerla en inglés,
lejos de desanimarme, avivó mi motivación. La prosa fresca y clara de Fante, su
estilo directo y sencillo, me sedujeron desde los párrafos iniciales. Devoré la
historia de 165 páginas en un par de días.
Picado
ahora por una súbita fascinación, volví a los estantes por mi siguiente dosis
de Fante. Entre los otros 5 títulos que se encontraban disponibles, escogí al
azar “Espera a la primavera, Bandini” (Wait
until Spring, Bandini), un testimonio del esfuerzo realizado por una pareja
de inmigrantes italianos, atrapados entre la pobreza y los prejuicios
religiosos, para sacar adelante a su numerosa familia.
El
tono ácido y subjetivo de Fante en esta narración, que marcó su debut como
novelista en 1938, terminó de subyugarme. Pude comprender, también, por qué
Bukowski lo consideraba su dios. Fante escribe guiado por una honesta pasión
antes que por falsas pretensiones, ofreciendo al lector una conexión íntima que
el despliegue de las más sofisticadas técnicas narrativas no es capaz de
producir.
Declarado
ya su ferviente admirador, mis sueños y tribulaciones reflejados en los suyos,
decidí rastrearle la pista.
Nacido
en 1909 en el centro de los Estados Unidos, al pie de las rocosas montañas de
Colorado, John Fante asistió al colegio y luego a la universidad en el pueblo
de Boulder. A los 20 años, resuelto a convertirse en escritor, se mudó a la
costa oeste del continente y se estableció en el sur de California. Allí, en
tanto combinaba su actividad como redactor de una revista con la de mozo en una
cafetería, escribió “Un año pésimo” (1933
was a bad year), que describe las penurias de un joven empeñado en salir de
la estrechez económica a través de su deporte favorito -el béisbol-, y “Camino
a Los Ángeles” (The road to Los Angeles),
crónica sobre las aspiraciones literarias de un muchacho en franco conflicto
con su madre y hermana quienes consideran su vocación artística un estúpido
desperdicio de tiempo y energía.
Debido
a los temas abordados, en esencia personales y domésticos (los cuales
constituyen un antecedente y una explicación a la posterior narrativa de
Bukowski), pero sobre todo por el ángulo controversial que enfocaban, los
manuscritos fueron rechazados y permanecieron inéditos.
De
breve extensión y ajenas a complejas estructuras, las novelas de Fante
-escritas por lo general en primera persona- rezuman con claridad su carácter
autobiográfico. Arturo Bandini, su personaje de bandera y fiel autorretrato
(modelo inequívoco que inspiraría al Henry Chinaski de Bukowski), aparece niño
en “Espera a la primavera”, adolescente
en “Camino a Los Ángeles” y adulto joven en “Pregúntale al polvo”.
En
1977 Fante expresa su plenitud como narrador con “La hermandad de la uva” (The brotherhood of the grape), una pieza
magistral de realismo sucio, cargada con una alta cuota de humor y diálogos
punzantes, que retrata a una pandilla de jubilados hedonistas como
protagonistas complementarios en una cadena de desencuentros familiares, a la
vez que representa una feroz sátira del adulterio paterno, que siempre
resintió.
La
literatura de Fante, sin embargo, fue largamente subestimada. Del mismo modo
que, por naturaleza, el gusto vulgar de los hombres privilegia una anatomía
despampanante en desmedro de una auténtica -pero silenciosa- belleza femenina,
el público lector dejó pasar desapercibida por décadas la audacia de su talento
creativo.
Con
el propósito de agenciarse el dinero que sus libros no le reeditaban, Fante
consiguió un empleo como guionista. Su colaboración con la industria del cine
abarcó un período de 33 años, comprendido entre 1935 y 1968, incluyendo dramas,
comedias románticas y hasta un western, aunque ninguna de estas producciones
fue de gran relevancia para Hollywood.
De sus trabajos, sólo “Llenos de vida” (Full of life), fue llevado a la pantalla en 1957 con libreto
escrito por él mismo. “Espera a la primavera, Bandini” y “Pregúntale al polvo”
fueron realizados cinematográficamente recién después de su desaparición,
ocurrida en 1983 a los 74 años de edad.
La
positiva influencia ejercida por Fante en la carrera literaria de Bukowski
derivó en el hecho de que éste, al alcanzar prestigio, contribuyera de manera
significativa a divulgar la obra de su maestro. Como resultado de ello, Black
Sparrow cumplió con publicar póstumamente en 1985 “Un año pésimo” y “Camino a
Los Ángeles”, escritas durante los años de la Gran Depresión americana.
El
mérito al final se impone y el reconocimiento cae por su propio peso. Los
simples, pero brillantes y fluidos, textos de Fante son un estimulante ejemplo
de ello.
Artículo publicado originalmente el 4 de Abril del 2014 en el blog "Lee por gusto".
Artículo publicado originalmente el 4 de Abril del 2014 en el blog "Lee por gusto".
Fernando Morote
Piura, Perú-1962. Escritor y periodista peruano. Autor de las novelas: “Los
quehaceres de un zángano” (2009) y “Polvos ilegales, agarres malditos” (2011), el
libro de relatos “Brindis, bromas y bramidos” (2013) y el poemario “Poesía
Metal-Mecánica” (1994). Actualmente vive en Nueva York y colabora con revistas
de España (Periódico Irreverentes de Madrid y Pandora Magazine de León) y Perú
(Lima Gris y Contra Estudio), entre otros temas, escribiendo artículos sobre cine clásico.
Me gustó el artículo,de FERMANDO MOROTE... que empecé a leer pensando en la obra "Soledad del corredor de fondo", que también, creo yo, fue llevado al cine...
ResponderEliminarPienso en esa obra de Sillitoe, porque se trata de la vida de un hombre encarcelado que cuenta cómo participa en una Maratón...
Y, en estos momentos, en que tenemos muchos luchadores sociales en las cárceles peruana, cómo no pensar en este autor, obrero y tal vez porque fue un autodidacta como yo..
Por otro lado les digo que hace poco me pidieron que colabore como corrector de una antología de narraciones amigas de escritoras y escritores que valientemente y con mucha entrega, de gran honestidad, desarrollan su arte literario desde las prisiones y en condiciones llenas de dificultades... Esos narradores de las prsiones del Perú, son los que me hicieron pensar en La Soledad del Corredor de Fondo, de Alan Sillitoe...
felix toshi arakaki